GRACIAS POR TODO, MI PAPÁ PARALÍMPICO


Mi muy querido Juan Antonio Samaranch, deseo desde aquí dedicarte unas cariñosas líneas que me sirvan de homenaje. Tú bien sabes que estoy contigo, y desde que los compañeros periodistas me dieron la noticia para hacer unas declaraciones, estoy continuamente pensando en ti y en los bonitos momentos que compartimos juntos.

Sirvan así, estas palabras como mi pequeño homenaje paralímpico. Me gustaría además con ello, trasladarte mi afecto tanto a ti, como a tus hijos y familia, a quienes también adoro.

Hoy me siento, no triste, porque sé que a ti no te hubiese gustado, sino nostálgica por la noticia y agradecida a la vez por haberte conocido. Porque he tenido el gran honor de compartir contigo los momentos más importantes de mi carrera paralímpica. Tú y yo nos hicimos “amigos para siempre”.

Dicen de ti, que eres el “padre del olimpismo moderno” y es verdad, pero es que para mí, también has sido y serás mi papá paralímpico. El que nos cuidaba y se dirigía a nosotros con tanta ternura y cariño.

Llevo cinco Juegos Paralímpicos consecutivos en mi modalidad, la esgrima. Me estrené entonces como pionera en Barcelona 92 donde conseguí dos medallas durante los que han sido, mis mejores Juegos y también los de la historia del deporte español.

Por primera vez y gracias a ti, los deportistas paralímpicos empezamos a ser reconocidos y valorados en nuestro país. Y la ciudad de Barcelona, de forma modélica se preparó para acoger a los deportistas con movilidad reducida. Rebajó sus bordillos, preparó sus calles, la Villa, los medios de transporte (…); también llenó las gradas, para que el público pudiera acercarse a nosotros y ver cómo nuestra generación, conseguía para España 100 medallas y la situábamos en el quinto puesto del medallero mundial. Hubo claramente, un antes y un después de Barcelona 92 para los deportistas.

Allí brillamos, por primera vez, las figuras paralímpicas, como ocurrió en el caso de Purificación Santamarta o nuestro querido arquero paralímpico Antonio Rebollo, quien realizó el mejor encendido de la antorcha en unos Juegos, para mí aún no superada. Y ha sido gracias a ti y a tu labor y dedicación. A que actuaste como un padre también para nuestro deporte.

Y también pude ver recientemente cómo te quedabas, al igual que todos nosotros, con las ganas y el deseo de que nos dieran los juegos en las candidaturas de Madrid 2M12 y Madrid 2016. Y me pregunto, ¿si tú hubieses estado aún en la presidencia del COI, lo hubiésemos conseguido?

Tengo delante de mí la pulsera de la candidatura que me regalaste y firmaste. Al llegar a casa la coloqué entre mis trofeos. Yo estaba contenta de ser la primera embajadora paralímpica que hablaba junto a los compañeros olímpicos, defendiendo nuestra candidatura. Bromeando te comentaba que por fin habíais dado sentido a mi difícil apellido Hassen-Bey, ya que “Bey” significa “embajador” y a mí me hicisteis embajadora de lo que más me gusta, el deporte al cual también he dedicado mi vida. Sé y te prometo que algún día lo conseguiremos y te lo dedicaremos a ti.

En la esgrima, mi deporte y el único de origen español en la historia de los Juegos, sabes que al inicio de cada combate, los esgrimistas alzamos nuestra espada para saludar y brindar cada asalto. Esta mañana, tomé mi espada y saludamos juntas al cielo para brindártelo a ti, mi papá paralímpico. Sé bien que ya estás en el Olimpo y no tardarás en organizarlo todo. Y por favor, si aún no lo está, tú pide que lo adapten bien para que cuando subamos los deportistas paralímpicos podamos seguir haciendo a tu lado lo que más nos gusta, practicar el juego limpio.

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